En una calle del centro de la Ciudad de Guadalajara, se encuentra una casa muy antigua, que hace algún tiempo servia de hotel, pero han pasado una serie de cosas que obligaron a cambiar de administración de manera periódica, pero ahora, no tuvieron más remedio que dejarla en ruinas. La edificación es hermosa, tiene un patio central, una escalera elegante de enormes proporciones, de acuerdo al señorío de las construcciones de principios del siglo pasado. Cuando se demolió una parte del edificio para su remodelación, fue donde comenzó todo. La arquitecta encargada del proyecto pasaba gran parte del día en la obra, y una vez cuando se demolió un muro, pudo observar que había un sinnúmero de cantaritos, según decía, para hacer las lozas más ligeras. Cuando ella se acerco a ver que contenían los cantaritos, escucho que alguien le decía: - Hey, ven...
- Ahí voy-, contestó ella.
Insistieron más fuerte:
- Hey, Ven...
En ese momento escuchó los pasos por el pasillo de alguien que iba hacia ella. Soltó el cántaro, volteó y no vio a nadie. Camino por el pasillo, y bajo las escaleras, cuando de pronto vio que la secretaria que se encontraba en la recepción caminaba hacia el segundo piso. La arquitecta le pregunto que para que la había llamado, a lo que la secretaria contesto que quien la había llamado era ella, y que por eso se dirigía al segundo piso. En ese momento las dos sintieron miedo, pues comenzó un viento extraño. La arquitecta dejo de ir por algún tiempo.
En una ocasión, que se vio obligada a asistir, y pregunto al dueño que tal le iba a lo que contesto:
- La cosa esta mal, muy mal, aquí no se paran ni las moscas. Aquí esta pasando algo muy extraño. A la semana de abrir, las luces se prendían y apagaban por si solas, los meseros sienten que alguien les jala las charolas, a otros les avientan cosas. Así que fui a pedirle ayuda al cardenal, le pedí que viniera a exorcizar el lugar, y se calmó por un tiempo.
La arquitecta, comenta que vio algunas cosas extrañas en la oficina del ingeniero, que antes el no acostumbraba tener, como un crucifico, imágenes religiosas en la pared.
Una vez que invitaron a una cantante de la época del rock & roll, se encontraban en la cena, cuando de pronto uno de sus músicos dijo con voz cortada: "Miren lo que se ven allá arriba en el barandal de la escalera"... Todos voltearon y vieron a una dama con u
n vestido blanco muy vaporoso, la imagen era impresionante, el ser flotaba, su ropa brillaba. Una mujer cayo en shock, la cantante se retiro de inmediato, dando las gracias, y todos salieron con ella.
Investigando un poco al respecto de la historia del lugar, cuentan que esa era la casa de una familia adinerada, que tuvieron una fiesta con excesos, donde hubo algunos muertos. Tal vez sean ellos quienes estén rondando por este lugar. Ahora es un pequeño café y bazar de antigüedades.