miércoles, agosto 06, 2008

HOSPITAL


Cuantas historias de enfermeras y doctores aparecidos en los hospitales no conocemos. La historia que están a punto de leer, realmente los sorprenderá.

En un hospital del centro de Guadalajara, existía el rumor de que por esos enormes pasillos una enfermera se paseaba por las noches, cuidando de sus pacientes tanto como lo hacia en vida. Una de esas noches, donde la luna es muy generosa con su luz, un par de enfermeras se encontraban haciendo su ronda nocturna. Al llegar a una de las habitaciones, una ancianita con voz cariñosa les dice: Me encuentro muy bien, la señorita que paso hace unos instantes me dio mi medicina, se puso a platicar muy amablemente conmigo y hasta rezamos un poco; por cierto aquí dejo su cofia.

Asustadas las enfermeras no le comentaron nada a la anciana, ya que sabían que podría ser una de las tantas manifestaciones paranormales que ocurrían en ese sitio. Al notar su silencio la ancianita les comento: 'La amable enfermera también me dejo un rosario, mírenlo'.

Las enfermeras atendieron a la anciana mujer y salieron del cuarto. Aún no cruzaban palabra entre ellas cuando de pronto a lo lejos del pasillo vieron la silueta de una enfermera sin cofia. Las enfermeras quedaron paralizadas por el miedo, la enfermera sin cofia avanzaba cada vez mas rápido hacia ellas y al acercarse les dijo: ‘Buenas noches, me llamo Adriana y soy su compañera del área de pediatría. Hace un rato subí y una ancianita se quejaba mucho, le di su medicina y como me dijo que nunca nadie la venia a visitar me quede un rato con ella platicando. Agradable señora, me dio mucha ternura. Me puse a rezar un poco y le regale un rosario que mis padres me trajeron del Vaticano; la verdad no recuerdo que cuarto era, y ahí deje mi cofia’.
Las enfermeras se encontraban un poco aturdidas con toda la situación, se sonrieron y comentaron la situación, llevaron a Adriana al cuarto donde la ancianita se encontraba.

Al llegar al cuarto vieron que la cofia estaba en la mesita de servicio y sobre la cama perfectamente tendida el rosario. Las enfermeras extrañadas se miraron las unas a las otras, mientras en la ventana se escucho un pequeño golpecito... era la ancianita que se encontraba del otro lado de la ventana, quien las miraba fijamente y se desvaneció ante sus ojos.

sábado, agosto 02, 2008

BAJO LA CAMA.


Juanito tenía tan solo 7 años de edad, era hijo único y sus padres trabajaban muchísimo. Varias veces le tocaba quedar se solo en casa hasta altas horas de la noche, se sentía muy solo. En su cumpleaños sus padres le regalaron un perrito, y cuando se quedaba solo lo dejaba bajo la cama, y si sentía miedo bajaba la mano para que su perrito la lamiera.

Una noche Juanito escucho un goteo en el baño de la planta alta de la casa, justo sobre su recamara. Juanito sintió miedo y metió la mano bajo su cama y su perrito la lamió y se sintió seguro, y el goteo paro. Horas más tarde su Jorgito despertó de nuevo por el ruido del goteo, ahora era más intenso. Jorgito se levanto e intento prender la luz, esta no funcionaba. Llamo a su perrito para que lo acompañara, pero no acudió a su llamado.
Jorgito subió las escales, cruzo el pasillo. El goteo se escuchaba cada vez más fuerte. Llego al baño, abrió la puerta, avanzo, recorrió la cortina del baño y encontró a su perrito colgando de la regadera, terriblemente mutilado, goteando sangre abundantemente.Fijada al cuerpo de animal con alfileres y escrita con sangre estaba una nota que decía: “¿sabes quien ha estado lamiendo tu mano”?...