miércoles, julio 26, 2006

Gabriela en el Estacionamiento

Ya era tarde y Gabriela seguía frente a la computadora, el vigilante del edificio le hacia compañía cada hora, cuando le tocaba dar su ronda. Gabriela concentrada, seguía con su investigación del rapto de órganos. Las amenazas que había recibido no le causaban miedo. Era algo terrorífico que usaran los cuerpos de los niños para llenarlos de droga. Se dieron las 12 de la noche, y el vigilante no llego.

Gabriela escucho unos ruidos en el pasillo, llamo al vigilante pero este no le respondió, llamo de nuevo pero no obtuvo respuesta. Salio al pasillo y como si se vaporizara un hombre vestido de negro la tomo por el cuello, la levanto unos centímetros del piso. Gabriela no podía respirar, le faltaba el aire, solo escuchó que le decían: Bueno ahora tú nos servirás de transporte de mercancías.

Desde aquel día nada se supo de Gabriela…

Un buen día el vigilante después de recuperarse de los golpes a los que fue sometido, se sienta frente a sus monitores de vigilancia, revisa el estacionamiento y cuando dan las 12 de la noche sus ojos no dan crético lo que ven. Gabriela se pasea por ahí, con aire triste, la cabeza agachada, con las ropas que la vio por ultima vez.


viernes, julio 21, 2006

La Revancha

Aturdido por el ruido y la bebida sale un joven a altas horas de la noche de una fiesta. Con mucho trabajo entro en el auto y se dirigió a su casa. Llevaba en la mano una bebida, los ojos se le cerraban. Prendió la radio a volumen alto, la bebida cayó y el joven por instinto se volteo a recogerla, lamentando la pérdida.

Una joven esperaba el alto para correr a la farmacia por unas medicinas para su madre, quien yacía en una cama, espero la luz verde en el semáforo y cruzó, cuando de repente un joven ebrio y detraído la atropelló.

El joven aterrado emprende la huida. Voltea a todos lados creyendo que nadie lo vió. Avanza a alta velocidad mirando varias veces el retrovisor para cerciorarse que nadie lo sigue. No ve nada, trata de tranquilizarse, y sigue su camino a la casa.

Escucha que alguien llora, mira por el retrovisor y ve a la joven que acaba de atropellar en el asiento trasero. El joven asustando acelera, mira de nuevo y ve como la joven estira su mano para tocar su hombro. Loco del miedo sale del auto dejando el espectro tras el. Corre algunas calles, desesperado, escucha de nuevo el lamento, voltea y un auto lo atropella.

El joven gravemente herido, abre los ojos, mira sus brazos ensangrentados, no puede moverse, cierra los ojos, escucha murmullos. Escucha el ruido de una ambulancia, abre los ojos, sus pupilas se encuentran inmóviles, sigue paralizado del terror al sentir un suspiro muy cerca de su oído, tan cerca que le produce ese cosquilleo extraño.

Siente como una lágrima recorre su mejilla, parece que el tiempo se detiene y todo sonido parece provenir de algún tipo de cueva, el eco hace casi imperceptible el sentido de lo que vagamente escucha. La joven clava impávidamente su mirada en los ojos desorbitados de el; ella lo abraza tiernamente y entre risas muy discretas le susurra al oído:

- Ahora ya estamos a mano

El medidor de frecuencia cardiaca muestra un sonido chasqueante y contínuo. El ha muerto.

viernes, julio 14, 2006

La muñequita de Porcelana


Carlos se encontraba muy enfermo, su madre y su hermana hacían miles de cosas para parar la fiebre, su padre inútilmente trataba de llamar al medico familiar, ya que la tormenta de hielo había dejado incomunicado a todo el pueblo. El frió era terrible, calaba hasta los huesos, el padre desesperado por la salud de su hijo decidió salir el mismo a buscar al médico; la madre trato de hacerlo entrar en razón. Pero tomo su abrigo y haciendo oídos sordos salio de la casa. Nada se veía a más de un metro de distancia, era en verdad una gran tormenta. El padre intento prender el auto pero no funcionó. Cuando bajó del auto otro casi lo arroya, deteniéndose estrepitosamente frente a su casa. La puerta se abrió y el médico descendió con su maletín en la mano, apresurado… El padre inmediatamente lo hizo pasar. Tras varias hora de intensos trabajos, lograron estabilizar a Carlos.

Ya sentados en la sala el médico comenta: Si me hubiera tardado un par de horas más, los daños hubieran sido irreversibles.

Gracias a Dios que vino Doctor, que suerte que decidiera visitarnos en este día. Dijo la madre.

El doctor sorprendido le dice, claro que no fue casualidad, su vecina me dijo que viniera inmediatamente porque Carlos se encontraba muy enfermo. Así que me puse en camino, pero la carretera está muy resbaladiza, esquive unos árboles caídos, pero al fin llegue a tiempo.

La familia le pregunta al doctor las señas de la vecina que le fue a dar aviso para agradecerle; ya que no recuerdan haberle podido avisar a nadie. El doctor describe a la persona que fue a pedir auxilio: Era un hermosa niñita de pelo claro, rizado y corto, y ojos grandes, muy saludable se veía con sus chapetes y sus pecas, me llamo un poco la atención ver a tan bella niña, con esos ojos grises. Es mas se parece mucho a esa muñequita de porcelana que esta………. ahí……

Todos voltearon para ver que le había quitado el color de la cara y para su sorpresa la muñeca de porcelana estaba sentada en el librero, justo donde se encontraba siempre, solo que con sus zapatitos llenos de nieve…

miércoles, julio 12, 2006

Un llanto inquietante


Más de una vez Ana María había escuchado el llanto de un niño, cuando pasaba de un patio a otro, al recorrer el pasillo para llegar con Don Pancho el velador. No les comentaba nada a sus compañeras ya que no quería que la juzgaran como loca. Pero ese día donde la luz del sol se negaba a salir por la espesura de las nubes que amenazaban con su lluvia, el aire se de dejaba oír con fuerza azotando los árboles. Iba justo a medio pasillo cuando escucho el llanto del niño, tan cercano como lejano, tan triste como el niño que sufre cruel tormento por una madre despiadada, lo oía lejos, lo oía cerca… puso atención, aguanto la respiración, miro dentro de uno de los cuartos cuando una mano fría se planto en su hombro, lo que la hizo voltear al momento que gritaba con fuerza, hasta descubrir que era su jefe que la siguió al escuchar también el llanto del niño.


Siguieron el llanto del niño, que se escuchaba en un cuarto y se pasaba al otro, y después brincada al de en frente, y así hasta que cesó de la nada.

Su jefe, mando llamar al cura de la capilla cercana para que hiciera una oración, o exorcismo, a lo que acudió inmediatamente. Entro y comenzó sus rezos, y el llanto del niño se hacia cada vez mas cerca, el sacerdote sudaba, Ana sentía una enorme tristeza y su jefe se mostraba intranquilo, no podían creer que estuvieran presenciando tal cosa. El llorido iba de un cuarto a otro, rezos, tensión, miedo, todo se mezclaba, hasta que por fin el en el último cuarto el llorido fue mas intenso, abrieron la puerta y el llanto paso como lamento de llorona sobre sus cabezas, los siguieron y este los condujo hasta un pozo, y ahí fue haciéndose mas leve y triste, como si estuviera muriendo, como si el niño se estuviera ahogando. Después de eso nada se volvió a escuchar.

Cuenta la leyenda que hace muchos años, siglos tal vez, el hijo mal nacido de una monja fue ahogado en ese pozo... será??

jueves, julio 06, 2006

Una Historia de amor

Luis se sentía inquieto esa noche, sus trabajadores ya le habían comentado que veían una sombra pasear por los jardines, nunca lo creyó. Pero aquella noche el viento soplaba de manera inquietante, el aullido de los perros, y el tintineo del agua que amenazaba con estallar en cualquier momento. Fumaba su cigarro cuando de pronto algo entre los árboles le llamo la atención, se acerco a la ventana y no le falto encender la luz porque un rayo le mostró la espectrante figura de un charro que lo miraba de manera retadora. Luis no podía creer lo que sus ojos veían, pero como hombre de ciencia trataba de darse una explicación, y al mismo tiempo salía a toda prisa a ver si ese ser pertenecía aun a este mundo. Lo siguió hasta una de las caballerizas, sintiendo a cada paso que el mundo le pesaba porque aquel hombre flotaba y le retaba a seguirlo.

Llego a la entrada y el charro se vaporizo antes sus ojos en la esquina derecha de la caballeriza. A la mañana siguiente Luis junto a su gente y decidido a todo, mando levantar el piso donde vio al fantasma por ultima vez. Estaba seguro que algo le quería decir, y tenia que saber lo que era. Cavaron durante algunos metros, y luego una loza de concreto. Luis no se iba a detener, así que mando romperlo y para el asombro de todos, unos metros después una escalera. Pusieron luces y bajaron, túneles y mas escaleras, que era aquello?? A donde los conduciría?? Un túnel, oscuro y húmedo, una cruz de madera, un paquete con fotos, unos restos humanos…

Quien era aquel hombre?? Por que penaba?? Luis no iba a parar ahí, así que se fue al archivo, busco quienes vivían ahí antes.

Cuenta la leyenda que una hermosa joven vivía en esa hacienda, su padre egoísta y pretencioso solo quería itulizarla para incrementar su fortuna. Pero el amor tiene otros planes, y ella se enamoro del capataz, hombre humilde y trabajador. Se amaron con todas las fuerzas que pudieron, y cuando la joven se entero de que en su vientre cargaba el fruto de su amor, el padre desapareció al capataz, llevándose a la tumba el secreto de su paradero. La joven se caso antes de que la gente supiera de su embarazo y se fue a vivir a otra ciudad.

Ahora Luis lo sabia, busco por mar y tierra algún familiar vivo de aquella mujer, y al fin la encontró. Ana Maria, la nieta, estaba al tanto de la historia de amor gracias a diarios y relatos que le contó su abuela, así que mando reclamar los restos del charro, quien en realidad era su abuelo y los mando enterrar junto a su abuela, la mujer que amo aun más allá de la vida.

Luis paseaba una noche tranquilo por su rancho, iluminado por la hermosa luna llena, cuando frente a su ventana estaba el charro, pero esta vez con una mirada de agradecimiento, incluno su sombrero y desapercio para simpre.