Gabriela en el Estacionamiento
Ya era tarde y Gabriela seguía frente a la computadora, el vigilante del edificio le hacia compañía cada hora, cuando le tocaba dar su ronda. Gabriela concentrada, seguía con su investigación del rapto de órganos. Las amenazas que había recibido no le causaban miedo. Era algo terrorífico que usaran los cuerpos de los niños para llenarlos de droga. Se dieron las 12 de la noche, y el vigilante no llego.Gabriela escucho unos ruidos en el pasillo, llamo al vigilante pero este no le respondió, llamo de nuevo pero no obtuvo respuesta. Salio al pasillo y como si se vaporizara un hombre vestido de negro la tomo por el cuello, la levanto unos centímetros del piso. Gabriela no podía respirar, le faltaba el aire, solo escuchó que le decían: Bueno ahora tú nos servirás de transporte de mercancías.
Desde aquel día nada se supo de Gabriela…
Un buen día el vigilante después de recuperarse de los golpes a los que fue sometido, se sienta frente a sus monitores de vigilancia, revisa el estacionamiento y cuando dan las 12 de la noche sus ojos no dan crético lo que ven. Gabriela se pasea por ahí, con aire triste, la cabeza agachada, con las ropas que la vio por ultima vez.



























